-No me merezco esto- repites incesante a tu reflejo en el espejo - voy a cambiar. Cambiaré. Sí, lo haré. Pondré pies en polvorosa y pondré un obstáculo en todos los caminos que terminen en mi vida.
-Bien pero te queda un mes y medio en Tierras de Escandoi -susurró una voz tras de si- y el Poeta sen Sona aún sostiene su yugo bien amarrado a ti. Eres igual que un animal de carga. Te escondes en tu establo por la noche, finjiendo ser libre pero por la mañana cuando oyes la puerta abrirse eres la primera que se presenta ante su dueño. Los juegos de la retórica siempre fueron tu fuerte pero tanto engaño psicológico te empieza a pasar factura.
-Non merezo isto. Non merezo os enganos, non merezo a traizón. Non soporto que me utilize e nembargantes... cada día semella importarme menos. Só queda o que queda e namentras transcorre mantéñome no anonimato. No anonimato da vergoña. É culpa miña, non o dubido. Máis esta historia pode rematar de moitos xeitos menos ben. Aquí estou. Diante túa. Preparada para baxar un mínimo a guardia e comezar a cargar co desarraigo.
-A distancia non che garante o esquecemento. Voltarás. E non porás obstáculo nos camiños que levan a túa vida porque arestora só atendes a un de dirección única. Cara el. Podes fuxir?
-Oxalá puideras -respostou o reflexo.
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